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Los síntomas de un hígado enfermo

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El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo y ayuda a digerir los alimentos, almacenar energía y eliminar las toxinas, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

“Además de regular los niveles de las sustancias químicas y nocivas de la sangre, el hígado es la fábrica del cuerpo. Produce la bilis, que es necesaria para que se digieran los alimentos, y también almacena vitaminas y otras sustancias como el glucógeno”, explica en una nota la revista colombiana Semana la doctora Melisa Montoya.

Los problemas hepáticos pueden ser causados por una variedad de factores que dañan el hígado, como los virus, el consumo de alcohol y la obesidad.

Además, existen muchos tipos de enfermedades hepáticas: enfermedades causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C; enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas o por ingerir demasiado alcohol. Los ejemplos incluyen enfermedad por hígado graso y cirrosis, cáncer de hígado, enfermedades hereditarias, como hemocromatosis y la enfermedad de Wilson.

Los síntomas de la enfermedad hepática pueden variar, sin embargo los más comunes, y por los que se debe prestar atención, según Mayo Clinic, son:

  • Tendencia a formar moretones con facilidad.
  • Color amarillento en la piel y los ojos (ictericia).
  • Pérdida del apetito.
  • Hinchazón y dolor abdominal.
  • Náuseas o vómitos.
  • Picazón en la piel.
  • Fatiga crónica.
  • Orina de color oscuro.
  • Color pálido de las heces.
  • Hábitos para mantener un hígado sano

El medio especializado en salud Pleni Lunia ha listado una serie rutinas que pueden evitar enfermedades hepáticas:

  • Si se sufre de sobrepeso o diabetes se debe consultar al médico de cabecera para evitar daños en el hígado derivados de dichos padecimientos.
  • Beber alcohol moderadamente.
  • Tomar agua diariamente y en abundancia.
  • Evitar el consumo de azúcar excesivo.
  • Si se sufre de estreñimiento, es importante mitigar los síntomas para prevenir enfermedades hepáticas.
  • Consumir porciones de frutas y verduras diariamente.
  • Vacunarse contra la hepatitis B.
  • Hacerse chequeos regulares que descarten afecciones derivadas del hígado como fibrosis, cirrosis, hepatitis B o C.

Así mismo, es importante ejercitarse regularmente para mantener un estado de físico saludable. Según la Fundación canadiense para la salud hepática, citada por el medio Mejor con Salud, el ejercicio constante es imprescindible para conseguir un hígado sano, limpio y fuerte.

Por ello, el medio aconseja que cada día se dedique entre media hora y una hora a los ejercicios aeróbicos: salir a caminar, nadar, montar en bicicleta, correr a ritmo moderado-bajo, bailar y hacer aeróbic.

Aguacate

Algunas investigaciones han encontrado que el consumo moderado de aguacates como parte de una dieta equilibrada se asocia con la pérdida de peso y la mejora general de las pruebas de función hepática. Una de las conclusiones es que algunos de estos efectos están relacionados con el alto contenido de fibra, aceite saludable y contenido de agua de los aguacates.

Café

Una taza de café diaria puede desempeñar un papel clave en la salud del hígado. Según Healthline, hay estudios que sugieren que el café reduce el riesgo de cirrosis, cáncer y fibrosis en el hígado. En cantidades regulares y moderadas puede, incluso, ayudar a retrasar el curso de las enfermedades hepáticas existentes. La clave de estos beneficios es beber café a diario y sin azúcar ni cremas grasas añadidas.

Pescados grasos

El pescado es una alternativa frente a otras carnes para preservar la salud del hígado. El pescado azul como el salmón puede ayudar a reducir la inflamación y la acumulación de grasa en este órgano. Este tipo de pescado tiene un alto contenido de ácidos grasos omega 3, que son buenos para la salud del corazón y el cerebro.

Fuente: Revista Semana