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La influencia de los torneos cortos en la inestabilidad de los banquillos y en otros males del fútbol tico

La destitución de Walter Centeno como técnico del Herediano en la sexta fecha del torneo de la Liga Promerica, es el último de una serie de eventos que suceden con los técnicos  en  todos los campeonatos nacionales desde hace mucho tiempo, no solo en el equipo florense sino a nivel global en la Primera División.  

Pero esta inestabilidad en los banquillos si bien es algo común en el mundo del fútbol, pareciera tener síntomas más severos en Costa Rica.

La causa de esta agudización de la inestabilidad pareciera converger en la decisión de realizar  torneos cortos por lo que  a continuación presentamos el análisis de esta inferencia.

Durante la década de los 90, si bien se jugaban torneos kilométricos de hasta 1 año calendario de duración, esto llevaba a una preparación diferenciada de los equipos de cara los torneos que mínimo iban a tener 44 fechas y hasta 50 si se quería ser campeón. Eran tiempos donde veíamos a los equipos hacer pretemporadas duras que incluían semanas de concentraciones en la playa para un acondicionamiento físico exigente.

Equipos como Alajuelense realizaron durante varios años giras de pretemporada en Europa, y Saprissa hacía lo mismo en México. 

Eran tiempos donde los equipos dentro de sus medios disponibles, se preparaban para un campeonato que al menos se sabía podría durar 9 meses. Debido al largo plazo de los torneos se entendía que lo  planificado en pretemporada debía abarcar todos esos meses.  

Ahora con los torneos cortos, este tipo de planificación parece echar por la borda. A la dirigencia de los equipos de Primera división parece ya no importarles el trabajo a largo plazo. En la jornada 6 ya se fueron 3 técnicos: Luis Fernando Fallas que se fue en la 5ta jornada , Julio Fuentes también destituido en 5 partidos y Walter Centeno el último de los lastimados. 

En un torneo de apenas 12 equipos, haber destituido 3 técnicos en 6 fechas representa haber cambiado al 25% de los técnicos del torneo sin que ni siquiera terminara la primera vuelta. Lo que llama la atención es que a estos entrenadores a todos se les dio la responsabilidad del trabajo en pretemporada.

En el último torneo de la liga Promerica, en 8 jornadas se cambiaron a 6 técnicos: Francisco Palencia, Jorge Manrique Islas, Breanse Camacho, Geiner Segura, Mario García  y Andrés Carevic. Es decir antes del final de la primera vuelta el 50% de los equipos despidieron a sus entrenadores 

A manera de ejemplo en un campeonato como la Liga española con 20 equipos apenas 6 entrenadores fueron destituidos  en 38 jornadas del campeonato.  O también en el fútbol mexicano, en un torneo de 18 equipos solamente 4 fueron despedidos antes del final del torneo  durante el Clausura 2024.

Pero el trabajo a corto plazo no solo parece repercutir en los entrenadores, sino también en ligas menores. Buscar resultados inmediatos parece ser que implica sacrificar el debut de jóvenes de ligas menores, cuyas consecuencias se trasladan a nivel de selección donde no se va a un mundial juvenil  desde el 2017, con un rotundo fracaso reciente en el premundial jugado en México. 

Y aunque la regla sub 21 pareciera querer paliar estos problemas, es más sabido hoy en día que impresiona ser más una obligación para el entrenador cumplir con los minutos y no ser castigados que preocuparse por preparar a los jóvenes para sus apariciones en primera división.

Lo contradictorio de todo esto es que la idea de los torneos cortos era solventar la carga de partidos que se jugaban antes. Pero sobre la marcha se agregaron los partidos de torneo de copa, copa centroamericana y liga de campeones de CONCACAF. Entonces al final terminamos igual a donde estábamos antes.

El único factor que parece justificar y sostener este formato es el económico. Jugar semifinales y la posibilidad de ser campeón dos veces en un año calendario es un aliciente para seguro  en detrimento de la planificación a largo plazo. El mismo presidente del Saprissa Juan Carlos Rojas, salió en redes sociales a defender los formatos de torneos cortos. Es entendible si se ve que el tetracampeonato actual del Saprissa se convertiría apenas en un bicampeonato con los formatos antiguos y también es entendible para otras dirigencias pues  antes era más difícil ver equipos como Pérez Zeledón y San Carlos coronarse campeones en torneos largos.

Al final no debería importar el formato en el que se jugará si solo se trabajara y se planificara como debe ser. No pensar en el resultado de mañana sino trabajar para mucho más allá. Tal vez el día que  nuestra dirigencia y nuestro fútbol vuelva a cambiar esa mentalidad podamos alcanzar niveles que nos permitan volver que competir contra equipos de México y la MLS como antes lo hacíamos.