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Enmarcados en el 2020

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Costa Rica inició la vacunación contra la Covid-19
2020: el año en el que la ciencia demostró su importancia

El año deja un inventario que pesa sobre nuestros corazones y hombros como no nos había sucedido en la vida. Lo más impactante son las pérdidas, aquellas irreparables por las partidas de seres queridos y amigos que se fueron en la tormenta. Será la mayor cicatriz de la pandemia del COVID-19.

Las personas con quienes convivimos y nos relacionamos son piezas claves en la existencia. Son combustible que nos mueven, tanto los sentimientos como los afectos. Sus ausencias dejan huecos y abolladuras en la carrocería afectiva que nos acompaña.

La tormenta nos sacudió, trajo miedo e incertidumbre porque tocó a todo el mundo. De pronto y por vez única en la modernidad , todos estábamos enfrentados al mismo caos por la salud, la economía y la movilidad.

La vida de muchos tuvo un giro repentino y violento: empresas y puestos de trabajo colapsaron en pocos meses ante la caótica situación generada.

Un golpe universal sin importar geografía, cultura, lenguaje y que le dio a todos sin distinción, aunque al final ya sabíamos que no sería igual para ricos y pobres.

Ante la tempestad, solo lo mejor de cada uno puede salir a flote por sensibilidad , valentía y audacia. Tocó luchar , generarse una armadura de los mejores atributos para dar la batalla por la vida y el sustento. En plena alerta, hora de acción y de emprendedores.

Y lo importante asoma por encima de todo: los más preparados, ordenados, unidos, comprensivos y solidarios al frente.

La pandemia es cosa de todos. Sonó el pitazo de alarma y había que estar listo en todos los campos, no había plazos postergables y quedaba solo entrar a la cancha a jugársela con lo mejor de cada uno , pero en una misión colectiva.

El espíritu a tono para la gran contienda y adaptarse rápido, fortalecerse a partir de allí y luego desde lo físico y mental .

Salvo excepciones que siempre las hay, la refriega lastimó y aún lo hace en todos los campos, aunque la ciencia nos trae una luz con la producción récord de las vacunas.

¿Inteligencia o milagro? Prefiero pensar, que los dos son válidos porque cuántos creyentes en el orbe hemos elevado al Señor oraciones de súplica porque nos diera la mano en la zozobra.

¿Si seremos mejores después de esto? ¿Tendremos más claro el calor de la vida? ¿Nuestro papel en la existencia? Nadie podría tener respuestas colectivas .

Pero hay una gran verdad que deja el paso del coronavirus, en un mundo globalizado, todo está interconectado y sumamos para bien o para mal .

El COVID-19 nos ha azotado, otras pandemias podrías darse , el cambio climático nos pega ya y la cruel desigualdad económicosocial flagela.

Hay mucho por hacer en tantos campos, sin olvidar permear los buenos valores, reconocer la trascendencia del personal sanitario, darle impulso sostenido al desarrollo de la ciencia, que permita encender la luz en las tinieblas .

Tiempo pandemico rudo de distanciamiento social, muchas veces confinamiento, suma de restricciones , teletrabajo , clases virtuales , movilidad restringida, fiebre por andar en bicicleta ante la libertad conocida que se perdió y el tapabocas protector , que muestra nuestro rostro de estos días difíciles .

!!!El año 2020 enmarcó nuestras vidas!!!

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